La psicología es la ciencia que estudia el comportamiento humano. Siendo el psicólogo el único profesional capacitado para aplicar esta disciplina. Para ello debe de haber cursado el Grado en Psicología y estar en posesión del Master en Psicología General Sanitaria, así como otras formaciones que amplíen sus conocimientos. Debido a que la persona que acude es alguien que deposita su salud y confianza en nuestras manos, es fundamental que el psicólogo que se haga cargo de tu caso utilice la psicología basada en la evidencia científica. Solo empleando técnicas de contrastada eficacia vamos a poder ofrecer un tratamiento de calidad y que mejore la vida de nuestros pacientes. 

Cada persona tiene su momento, sin embargo, a pesar de que considero que todos/as deberíamos ir al psicólogo tarde o temprano, el momento que no deja lugar a dudas es cuando tienes un problema que deteriora tu vida familiar, social o laboral; que sientes que no te deja avanzar, y que te hace sufrir a ti o a los tuyos. 

Las personas acostumbramos a aguantar el sufrimiento hasta que no podemos más y estamos desbordados, a silenciar nuestras emociones, a huir de esos síntomas tan desagradables; que en realidad lo que están haciendo es informarnos de que algo no va bien en nuestra vida y requiere de un cambio. Ese es el momento de ir al psicólogo, pues él te enseñará como gestionar esa sintomatología y lograr ese necesario cambio en tu vida. 

Con la finalidad de ofrecer a mis pacientes los mejores resultados en el menor tiempo posible, solo utilizo modelos teóricos y terapias que han sido ampliamente respaldados por las investigaciones científicas y de probada eficacia para el problema que me planteas. Es por ello que trabajo desde la Terapia Cognitivo-Conductual, y terapias de tercera generación, como la Terapia de Aceptación y Compromiso. 

Para hacer mi trabajo me valgo de una herramienta como el Análisis Funcional, la cual me permite entender cómo, por qué y para qué se está materializando tu problema psicológico. Esto me permite hacer un diseño completamente individual y personalizado, tanto del diagnóstico, como de la intervención posterior para cada uno de los casos que acuden a terapia; lejos del uso de etiquetas diagnósiticas propias de la psiquiatría (depresión, TOC, agorafobia, etc...), que lo único que hacen es despersonalizar al paciente considerando que, por ejemplo, todas las personas con depresión son iguales y debe de hacerse la misma intervención en ellos. 

Respecto a la duración de las sesiones, son sesiones de 60 minutos de duración, tanto en el formato online como en el formato presencial. En lo referente a ¿cuanto dura una terapia? ojala existiese una respuesta definitiva. La duración de un proceso terapéutico depende de muchos factores: el problema a tratar, el tiempo que lleva este problema en la vida de la persona, el compromiso del paciente con la terapia, si presenta factores de riesgo o de protección, etc. No obstante los modelos terapéuticos desde los que trabajo se caracterizan por su brevedad, por lo que si puedo aseverar que será lo más corto posible. 

La Pandemia de COVID-19 nos obligó a poner a prueba la eficacia de la terapia online para el tratamiento de los problemas psicológicos. Después de miles de terapias online realizadas por mi y por otros compañeros/as, además de los múltiples estudios que se han realizado sobre la eficacia de esta metodología de intervención, estamos en la disposición de asegurar que una terapia online ofrece los mismos beneficios para el paciente que una terapia presencial. 

Solamente en casos muy concretos se recomienda el modelo presencial frente al online, y viceversa.